
Brasil está emergiendo como uno de los protagonistas globales en seguridad alimentaria y energética. Con su abundancia de recursos naturales, el país se posiciona estratégicamente para enfrentar desafíos globales mientras se consolida como una potencia agrícola y energética. Veamos cómo Brasil lidera estos frentes.
Seguridad Energética: Innovación y Exportación Sostenible
La matriz energética brasileña está transformándose rápidamente, destacándose las fuentes renovables como la energía solar y eólica, que hacen que la electricidad sea cada vez más accesible. Esta revolución energética también abre puertas para la exportación de energía en nuevas formas, y el bagazo de caña de azúcar es un claro ejemplo.
Actualmente, el 70% del bagazo de caña se utiliza para abastecer las propias plantas productoras. Sin embargo, un enfoque innovador sería usar la energía eléctrica de la matriz renovable para operar estas plantas y convertir el bagazo en etanol, un combustible denso en energía y fácilmente exportable. Otra idea revolucionaria es posicionar el etanol como un “portador de hidrógeno”, facilitando su exportación en lugar del propio hidrógeno, que es difícil de almacenar y transportar. Este modelo combina eficiencia, sostenibilidad y ventaja competitiva, reforzando a Brasil como líder en energía limpia.
Seguridad Alimentaria: El Papel de Brasil en el Mundo
La agricultura brasileña juega un papel fundamental en la seguridad alimentaria global, alimentando a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo. A pesar de que los suelos del país no siempre son naturalmente fértiles, la combinación de radiación solar, agua abundante y mano de obra coloca a Brasil en una posición privilegiada. Pocos países tienen estos recursos disponibles a gran escala y de manera tan integrada.
El potencial de Brasil va más allá de lo ya alcanzado. El país tiene la capacidad de duplicar su producción agrícola sin necesidad de deforestar, gracias al desarrollo de tecnologías y al manejo sostenible de tierras. Se estima que el 40% del crecimiento de la demanda global de alimentos hasta 2050 provendrá de Brasil. Sin embargo, aún enfrenta desafíos: el país importa el 85% de sus fertilizantes y el 77% de los agroquímicos que utiliza, además de necesitar mejoras en almacenamiento, logística e infraestructura.
Una Potencia en Construcción
El futuro de la agricultura y la energía en Brasil está íntimamente ligado a su capacidad de aprovechar los recursos naturales de manera inteligente y sostenible. Con las estrategias adecuadas, el país no solo puede satisfacer las demandas globales, sino también convertirse en un modelo de innovación y sostenibilidad.
A medida que Brasil invierte en mayor independencia en la cadena de suministro, infraestructura robusta y tecnologías avanzadas, se consolida como el centro mundial de la agricultura y un actor clave en la transición energética global. Las oportunidades están sobre la mesa, y Brasil tiene todo para liderar.